“El Exterminador”. Argumento apropiado y mejorado de la saga “Terminator” de 1984, de James Cameron.

Primera parte
“El Origen”
 
Los Ángeles, año 2030. Implantes robóticos: la tecnología que la humanidad solo había imaginado en cuentos de ciencia ficción. Lo primero fue la moda de los micro chips subcutáneos que servían para medir el estado de salud y prevenir cuadros indeseables. Poco después aparecieron los injertos que corregían deformaciones motrices y mejoraban la salud desde el sistema nervioso central. Más tarde, la demanda de este mercado incipiente derivó en prótesis y accesorios que iban desde córneas para visión nocturna y huesos infracturables, hasta pulmones con capacidad para 10 litros de aire y aditivos linfáticos. Así se erradicó el cáncer en el mundo.
Skynet era la corporación anónima manufacturera de la mayoría de estos inventos. En el año 2035 inició un proyecto conocido como Total-Health, colocándose rápidamente en la cima del mundo frente a sus rivales. Para el año 2040, cuando los hijos de Mark Zuckemberg eran unos viejos raquíticos amargados por su ineptitud, y del imperio de Google no quedaban más que unas cuantas patentes a punto de la obsolescencia, el esplendoroso Skynet/Total-Health se convertía en un monopolio económico global de facto, que cobijaba bajo un inapelable juicio de valor a los principales países productores y exportadores de recursos naturales.
Entonces, los implantes robóticos con el sello pentagonal de la marca, ya habían evolucionado en órganos inteligentes y complejos de aleaciones poliméricas y nano tubos, que podían sustituir sistemas enteros del organismo humano y de muchos animales.
En el escenario político, la Federación de las Naciones Americanas tenía asegurado ya el dominio sobre los restos fraccionados del mundo árabe y China, esto luego de la histórica y pavorosa “Guerra del Buen Fin”, una fulminante ofensiva militar que de un viernes a un lunes extinguió a un tercio de la población del país oriental y sus aliados, y con ello acabó también con cualquier posibilidad de represalia nuclear con que la gran “amenaza oriental” hostigaba a las naciones de América y Europa. Así fue como se escribió oficial y falsamente la historia en los titulares de todo el mundo: “La Última de Todas las Guerras Entre Humanos”, “La Paz al fin.”
…
Años después, aquel informe oficial fue desmentido por La Resistencia, que destapó la verdad sobre el máximo genocidio conocido en la historia hasta entonces. Y es que la llamada “Guerra del Buen Fin”, al contrario de lo que muchos creyeron, no fue la última guerra que se libró entre humanos, puesto que la China y sus aliados no fueron abatidos por soldados ni por órdenes de procedencia humana, si no por máquinas, por robots, por Skynet.
Dadas las circunstancias en que se desarrolló la operación, el documento también terminó por perder oficialmente toda validez histórica referente a una guerra, pues se supo que China y los países aliados, no advirtiendo la intromisión de los novedosos drones fantasma de Skynet desde ningún radar, no pudieron siquiera organizar su defensa militar.
-¡Nos están exterminando!- alcanzó a gritar un ministro pekinés en medio de la lluvia letal de cohetes nucleares, que segundos después clausuró toda posibilidad de transmisión. La poca información extraída de una turbulenta grabación rescatada de los archivos de audio de un satélite desorbitado de la NASA, reveló que la Guerra del Buen Fin fue un mega fraude orquestado por medio de una brillante estrategia a base de falsas declaraciones.
Desde un servidor falso localizado en un tribunal en La Haya, se difundieron misteriosamente una serie de alicientes angustiosos que conllevaron a la movilización de tropas aliadas hacia la Plataforma Intercontinental del Pacífico. Ante la urgencia de impedir un supuesto ataque nuclear, la Federación Americana no tuvo mas remedio que tomar acciones fatales, pero Skynet ni siquiera esperó a que el primer ministro diera la orden. El segundo viernes de un septiembre paralizado se anunció el inicio de una guerra nuclear en todos los medios. Antes de que Washington llenara sus bunkers con gente importante la “guerra” había terminado, China y los países aliados habían sido enterrados en un pasado para siempre borroso. Mil quinientos millones de seres humanos dejaron de existir en pocas horas. En el congreso de la Federación Americana estaban todos convencidos de que había sido una acción heroica por parte de los muchachos del escuadrón aéreo 111, el cual fue desintegrado por los misiles que ellos mismos tiraron en las costas de Tianjin y Yantian. Los congresistas ignoraron hasta la tumba que esos aviones habían despegado de Hawaii con todos los tripulantes muertos pero reanimados artificialmente por medio de sus implantes bio-mecánicos marca Skynet-Total Health.
La guerra del Buen Fin, que supuestamente impuso la paz entre los humanos, y que se celebró durante años en festividades oficiales en todo el resto del mundo, fue el primer gran paso de Skynet hacia la dominación de la humanidad. De ahí en adelante todo el proceso de dominación se fue llevando a cabo de forma casi impecable en una sistemática, progresiva y paulatina revelación del terror que comenzó con fiestas patrióticas y culminó con la casi completa extinción y esclavización de la civilización humana…